Es evidente que Apple hace muy bien los deberes cuando hablamos de usabilidad. Y así ha sido con FaceTime, perfectamente integrado dentro del menú de llamada normal del teléfono. Sin embargo, tenía otra opción: Implementarlo como aplicación independiente. De ello hablaremos en la última parte de esta entrada.
Primero, hablemos de compatibilidad: FaceTime sólo funciona de iPhone 4 a iPhone 4, y es incompatible con los sistemas de videollamadas de cualquier otra marca. Esto no se solucionará si en un futuro Apple abre el uso a las redes de telefonía además del Wi-Fi, ya que el protocolo FaceTime es completamente distinto al que se utiliza para una videollamada “habitual”. Si queréis saber más información sobre cómo está diseñado el protocolo de FaceTime, os recomiendo estos magníficos artículos de Josh Wright en Packetstan (eso sí, sólo para sibaritas de las redes). En cualquier caso, Apple ofrece el protocolo a cualquier compañía que quiera utilizarlo en su móvil, convirtiendose en ese punto en compatible con el iPhone 4. De momento, ningún modelo de otra compañía lo utiliza.
El uso es simplemente pulsar un botón dentro del menú flotante en plena llamada. Con esto cambiaremos de la red de telefonía a la red Wi-Fi para establecer la conexión FaceTime. Allí no hay que configurar nada: directamente, si nuestro interlocutor acepta la petición, comenzará la videoconferencia. Con un botón podremos alternar entre la cámara trasera y delantera, para poder elegir lo que queremos mostrar.
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